martes, 10 de mayo de 2016

EL NEOLIBERALISMO COMO TRIUNFADOR FRENTE A LA IZQUIERDA (y IV)

   Según vimos en el post anterior, a finales del XIX y principios de siglo XX, los bloques ideológicos principales, girarán en torno a dos grandes corrientes, la socialista (socialdemócrata) y la liberal. La extensión o limitación del sufragio, seguirán siendo elementos clave de la pugna entre las dos corrientes.
   Capitalismo y democracia van a ser términos que se van a volver incompatibles: Para los liberales en el sentido de, a más democracia, más igualitarismo y pérdida de poder e influencia de determinadas élites. Para los socialistas, más democracia para el tránsito a otra sociedad no capitalista.

   La primera guerra mundial, nos va a traer la aparición de dos enemigos del socialismo y el liberalismo, como van a ser el fascismo y el leninismo, dos nuevas ideologías totalitarias que se encargarán de combatir a ambas y de evitar un posible acuerdo basado en las instituciones democrático-representativas.
   En los años 30 del siglo XX aparecen ya conformadas todas las corrientes ideológicas, ya fuesen totalitarias o de signo liberal o socialdemócrata.

   El fin de la segunda guerra mundial, con el triunfo sobre los fascistas y los nazis, trajo un consenso inédito, en el mundo Occidental, entre socialdemócratas y liberales. Podemos decir que se trata del único período de la historia contemporánea (1945-1975) donde se produjo una confluencia de los ideales liberales que tenían en común socialdemócratas y liberales no doctrinarios.(Liberalismo de la guerra fría, en palabras de Judt),
   Ambas corrientes aceptaron una organización político-económica de carácter keynesiano con los siguientes rasgos básicos: Economía mixta de mercado (combinación de lo público y lo privado), la persecución de la plena ocupación, la redistribución hacia la igualdad de la riqueza, que era más importante que comenzar por generar riqueza y por último, los sindicatos eran la expresión de un saludable equilibrio social.

   Este liberalismo que tenía muy clara su oposición al marxismo-leninismo, opinaba que era falso que la intervención del Estado en la economía, condujera inexorablemente a la planificación total y ésta al Estado totalitario. 

   Como reflexión, se puede decir que estas características, aceptadas de buen grado por socialdemócratas y democratacristianos, son hoy, por influencia del neoliberalismo que nos invade, considerados casi un alegato comunista.

     Raymon Aron, liberal anticomunista vendría a decir lo siguiente: 

  «...Estado que puede y debe
garantizar a todos, por medio de leyes
sociales, un mínimo de recursos que
haga posible una vida decente, al nivel
que tolera la riqueza colectiva. El Estado
debería esforzarse por reducir los
beneficios sin justificación, aunque
fuese suprimiendo ciertas formas de
propiedad. Tiene derecho a percibir de
los privilegiados una contribución a
los gastos públicos que crezcan con el
nivel de las rentas. Puede y debe amortiguar
los fracasos o la debilitación relativa
de los grupos, los individuos o
las regiones desgraciadas en la carrera
del progreso»

   Estas palabras, hoy,  se podrían poner en boca de ciertos partidos llamados "populistas" o "los viejos comunistas".
   Lo que quisiera subrayar, es que en la época actual, se ha producido una derechización del discurso, capitaneado como no podría ser de otra forma, por quien lleva la batuta ideológica, es decir, el neoliberalismo.

  La aparición en 1944 de una obra importante, Camino de servidumbre, del filósofo Friedrich Hayek, supuso el testamento ideológico de los posteriores neoliberales que irumpieron a finales de los años 70 del siglo XX.
   Sus ideas de forma muy simplificada, vendrían reflejadas en una "limitación de los poderes del Estado y lo arbitrario de la administración, con el fin de dejar a la iniciativa individual y a la esfera privada el más amplio campo posible" (Aron).

   Como vemos, sería una especie de vuelta al pensamiento liberal doctrinario o conservador, pero en una época y contexto totalmente diferente. Pero resulta importante matizar lo siguiente: En los años 40, para Hayek, socialismo significaba "la nacionalización de los medios de producción y la planificación económica centralizada, mientras que en los sesenta y los setenta socialismo ha llegado a significar fundamentalmente una profunda redistribución de las rentas a través de los impuestos y de las instituciones del Estado benéfico".

   Curiosamente, los actuales neoliberales se quedan de forma interesada con la definición proporcionada por Hayek en los 40, si bien utilizan como sinónimo "comunismo" para no molestar en exceso al PSOE, cuyo giro a la derecha resulta patente (socioliberalismo).
   La política desarrollada por la izquierda en el gobierno ha adoptado plenamente el discurso neoliberal: "Ha defendido el individualismo y la economía de casino: aquella que propicia ganar el mayor dinero posible en el menor tiempo. Ha puesto como único objetivo de la política económica el combate contra la inflación a costa del paro y el abandono industrial."
(VerRedondoEl sindicalismo de clase en el movimiento obrero).

   A partir de  1973, con la crisis del petróleo, todo va a cambiar, "los liberales de la Guerra Fría sufrieron las consecuencias del fin del monopolio intelectual y político que habían ejercido los reformistas del New Deal y sus homólogos europeos desde la década de 1930 a la de 1960" 
   "La mayoría de los liberales de la Guerra Fría nunca habían reflexionado en realidad sobre el keynesianismo: como base de la política económica, era algo que les había venido dado.  De modo que cuando estas y otras premisas fueron puestas en cuestión por una nueva generación de intelectuales conservadores, los liberales no pudieron ofrecer una respuesta muy satisfactoria"(Judt, Pensar el siglo XX).

   Dadas estas premisas, en 1979-80 llegan al poder en Reino Unido y USA, Margaret Thatcher y Ronald Reagan, respectivamente. Ambos van a encarnar el ideal neoliberal conservador que se ha impuesto hasta nuestros días y si cabe, con la crisis de 2008, sigue reforzándose.
  (El gran intelectual, Elías Díaz, incluiría en el grupo a Carol Wojtyla, definiendo a los seguidores de la fusión de los tres líderes, como teocones.)

   El gran mérito de los neoliberales ha sido saber desplazar hacia la derecha el discurso político-económico. La crisis del 73 es una muestra de que las políticas keynesianas no dan respuesta a un escenario con inflación y desempleo, y además, dicen, la intervención estatal ha sido responsable de la crisis y sus ineficiencias.
   La solución va a venir, desde un punto de vista economicista, a partir del espíritu de los economistas liberales clásicos, abanderados por el gran Adam Smith. Rescatar el ideal de la "mano invisible", el individualismo, la propiedad privada y la reducción a mínimos del Estado, se convierte de nuevo, en una vieja idea, adaptada a los intereses de los nuevos neoliberales.

   En este punto comentaré que interesadamente, a los neoliberales, por razones obvias, no les interesa la parte más ética de la filosofía de Smith, plasmada en la teoría de los sentimientos morales (Ver El sentido social de Adam Smith, F.Lechago, El País).
De hecho, el planteamiento económico de los liberales clásicos, es en términos del clases sociales, hecho que los neoliberales vuelven a obviar interesadamente.
   La otra gran corriente inspiradora del espíritu neoliberal, va a ser sin duda, la escuela austríaca de economía, de la que Hayek es el máximo representante.

   Con todos estos mimbres, con una izquierda en decadencia, que no ha sabido dar respuesta al impulso neoliberal, nos situamos en los tiempos actuales, de tecnología, globalización, terrorismo y crisis económica y de valores.

   La austeridad salvaje como remedio para salir de la crisis, se ha convertido en otra arma al servicio de los intereses privatizadores neoliberales. La economía de casino, como ya la nombró Nicolás Redondo, ha sido moneda habitual en una economía financiarizada, donde sólo interesa crear valor para el accionista, aún a costa de valores ficticios inflados, una deuda estratosférica impagable y un coste de la crisis cargado por las clases medias-bajas, que se ha empobrecido de forma muy superior a cualquier otra clase social y donde un número infinitesimal de ricos, se han hecho mucho más ricos, adueñándose de la mayoría de la riqueza del planeta.

   El neoliberalismo llegó para quedarse, hace casi 40 años: 
"La larga noche neoliberal lo invade todo."

  (Siguiendo a García Santesmases):"La cuestión, sin embargo, no es designar el problema sino ofrecer una posible salida y aquí es donde se nota el «éxito» del neoliberalismo y la parálisis de la izquierda. El neoliberalismo se mueve siempre en una lógica doble. Si por socialismo se entiende racionalización de los medios de producción y planificación centralizada, esa respuesta ha sido descartada por sus resultados históricos."
  "Si por el contrario se entiende fuerte imposición fiscal y medidas redistributivas, esa política tiene un límite en la medida en que una presión fiscal muy alta provoca la desafección de las clases medias y de la "mayoría satisfecha"(Término empleado por Galbraith para el grupo social formado por empresarios medios, emprendedores, funcionarios y pensionistas acomodados, profesionales de clase media, etc.) 

 ¿Y cuál es el papel o la respuesta de la socialdemocracia para contrarrestarlo?

  "Sólo si es capaz de volver a alcanzar mayorías electorales progresistas podrá tener alguna posibilidad de recomponer la situación"(García Santesmases)
Dichas mayorías progresistas sólo se podrán conseguir, si se es capaz de "seducir" a la "mayoría satisfecha". (Tarea nada fácil)
  Alcanzada esa mayoría hay que hacer una política distinta a la neoliberal y eso no es posible en un solo país, dada la globalización económica. (Pensemos en la experiencia griega). 
No lograrlo, hará de nuevo difícil compatibilizar las exigencias del capitalismo con los principios democráticos y con lo que puede ser peor, con una vida digna.
Malos tiempos para la izquierda.

   







   

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