miércoles, 15 de noviembre de 2017

Orígenes II

La unión de las coronas estaba considerada como una unión entre iguales,cada uno de los cuales conservaba sus propias instituciones y su modo de vida propio, pero tras la simple fórmula de una confederación de vínculos relajados yacen unas realidades sociales económicas y políticas de tal tipo que pueden trastornar las fórmulas en flexionar la historia de las naciones por caminos diferentes de los que sus gobernantes pretendían seguir. Castilla y los estados de la Corona de Aragón eran de hecho países con historias y caracteres distintos que se hallaban en etapas muy diferentes de desarrollo histórico. La unión era pues, una unión de socios esencialmente distintos y , lo que aún es más importante, notablemente diferentes en cuanto a extensión y fuerzas.

La España Imperial, 
Elliot

martes, 14 de noviembre de 2017

Orígenes

"Los orígenes de la historia independiente de Aragón y de las características fundamentales que tan profundamente le diferencian de Castilla, hay que ir a buscarlos en la larga lucha de la España medieval contra el Islam. Los árabes habían invadido en la Península Ibérica en el año 711 y la habían conquistado en 7 años. Costó siete siglos ganar lo que en 7 años se perdió. La historia de la España medieval estuvo dominada por el largo, arduo y a menudo interrumpido progresar en la reconquista, la lucha de los reinos cristianos del norte para arrancar la península de las manos de los infieles. La marcha y las características de la Reconquista varían mucho de una parte a otra de España y fueron estas variaciones las que agravaron y reforzaron la diversidad regional de España."
La España Imperial, Elliot.

lunes, 8 de mayo de 2017

La libertad de mercado y la creación de valor

   


   Los autollamados liberales, y la mayoría de los medios que difunden sus proclamas, están acostumbrados a hacer creer a la gente, que si los mercados funcionasen con total libertad, es decir, sin la corrosiva y perjudicial intervención estatal, se conseguiría una eficiencia que provocaría progreso, bienestar, crecimiento y empleo. 
Es más, sin ningún rubor, sus defensores nos dirán que esto no sólo es liberal y eficiente, sino que es además, progresista.

Hay que decir a los cuatro vientos que no hay mercados libres.  Y no existen los mercados libres porque no se puede definir con objetividad lo libre que es un mercado (Chang 2011).

   La noción de libertad de mercado, como otros tantos aspectos en economía, pertenece al ámbito de la subjetividad y las preferencias. El grado de libertad de mercado, lo percibiremos de forma distinta según las implicaciones que resulten de su mayor o menor intensidad. Las consecuencias de su aplicación para los distintos actores sociales no va a ser en ningún caso neutral.

    Para que un mercado sea libre no tiene que tener reglas, restricciones, cláusulas, etc. 
¿Seríamos capaces de encontrar un solo mercado que responda al concepto estricto de "libre"?

    La libertad de mercado se convierte así en una utopía o una ilusión, que, dado como está conformado el capitalismo, resultaría imposible de implementar.

   Hacer confundir libertad de mercado (que no existe como tal), con una menor interferencia estatal, que contribuya a favorecer los intereses privados de propiedad o de capital, en perjuicio de clases asalariadas, desposeedoras de propiedades y riqueza, no es más que una burda estratagema para intentar justificar las bondades y la eficiencia de dicha libertad, que sólo beneficia a las élites financieras y corporativas.

  La realidad es la existencia de mercados más o menos regulados, que responden a decisiones y preferencias políticas. No hay que olvidar, que preferir una menor regulación también es una decisión política y sin embargo, los neoliberales nos dirán que su planteamiento es totalmente objetivo y por tanto, más eficiente.

   La preferencia por la menor regulación, favorece privilegiar el establecimiento de mayor número de empresas privadas, ya sea por facilidad en la nueva creación de éstas ( esto en sí mismo no tiene por qué ser perjudicial) , cómo, y esto es muy importante, por la eliminación de empresas públicas para privatizarlas.

    La empresa privada, se convierte así en símbolo del poder, hegemonía y privilegios de la clase neoliberal dominante. 

   De lo anterior se podría desprender, en un caso extremo, que la empresa privada es perjudicial en sí misma.Esta idea no tiene por qué ser así, lo que se pretende destacar es el uso privilegiado de la empresa privada como herramienta para favorecer el enriquecimiento concreto de una clase dominante. Ni tan siquiera Marx se atrevió a criticar de forma aniquiladora a la empresa privada y, más concretamente a las sociedades anónimas, ya que era consciente del beneficio que se podía obtener para movilizar capitales para la industria pesada, por ejemplo. Paradójicamente, Adam Smith, supuesto defensor de los mercados libres, se muestra reticente respecto a las empresas de responsabilidad limitada.

   Pues bien,dicho esto ¿cuál va a ser el mantra dominante que permita al neoliberalismo cumplir con su objetivo de enriquecimiento, utilizando a las grandes compañías como principal herramienta?

   La respuesta va a ser la creación de valor:


Goirigolzarri: "Para que la fusión con BMN tenga sentido financiero debe crear valor para todos los accionistas"
Expansión 24/03/2017


Hojeando hace unos días un viejo manual de finanzas, se podía leer lo siguiente en la contraportada:

"Este libro propone al responsable de la dirección financiera aquellas estrategias, técnicas y operativa, que faciliten el óptimo diseño de una política en materia económico-financiera, que conduzca a la consecución de la meta empresarial: Crear valor y retribuir al accionista".

   Lo dicen los grandes banqueros, lo dicen los reputados manuales de finanzas. El objetivo de las empresas es crear valor para el accionista.
   Para exponer esta idea, voy a intentar distinguir lo que significa dicho concepto para el mundo corporativo, por un lado, y mi modesta visión, por otro.

  Las empresas nos dirán que los accionistas son los legítimos dueños de la empresa, ya que arriesgan un capital que aportan y, por tanto, tendrán que ser retribuídos con los beneficios de la compañía, en proporción a la cantidad que han aportado.

   En primera instancia, la anterior afirmación desborda lógica y sobre todo, justicia.
Nótese que los trabajadores, proveedores, entidades financieras y demás sujetos que se relacionan con la empresa, no arriesgan nada. En sus respectivos contratos,(¡ vaya, esto no es un mercado muy libre que digamos!), estará fijada la forma de su retribución en función de los servicios que presten a la misma.
   Los accionistas en cambio, contribuirán con su capital a que la empresa pueda realizar inversiones y de este modo crezca y beneficie a todos los agentes sociales.
   
   Todo esto en la teoría suena muy bien, pero ¿cuál es la realidad de las grandes corporaciones?
Las grandes corporaciones son gestionadas por consejos de administración cuyos componentes, consejeros delegados, directores, etc, pueden ser a su vez accionistas o no, de la empresa, pero en todo caso, reciben cada año unos generosísimos paquetes retributivos como consecuencia de su gestión.
   El objetivo será una gestión con miras casi exclusivamente en el corto plazo, de forma que porcentajes cada vez más altos del beneficio irán a parar al accionista en forma de cuantiosos dividendos.
    El problema de esta política, es que los gestores asumen un riesgo cada vez mayor ya que operan en el corto plazo y además el remanente sobrante de beneficio, cada vez es menor para poder utilizarlo en nuevas inversiones, con lo que se pone en peligro la viabilidad en el largo plazo de muchas compañías.
   La pregunta obvia en este caso es, ¿cómo pueden los dueños de la compañía consentir este tipo de política? La respuesta es clara.La mayoría de accionistas suelen tener un paquete de participación relativamente bajo en relación al capital total de la compañía,  de tal forma que se benefician de jugosos beneficios (dividendos) y  además esto hace que la capitalización bursátil sea elevada.Así no es infrecuente, recoger beneficios e incluso vender tu participación obteniendo una ganancia patrimonial.

    Si reflexionamos sobre el párrafo anterior, vemos claramente una actividad de obvio componente especulativo y cortoplacista para retribuir de la mejor forma posible al accionista, lo que eufemísticamente llaman: "crear valor para la compañía y retribuir adecuadamente al accionista."

    Nada se dice de reinvertir beneficios en investigación, formación, apertura de negocio, etc.
    Evidentemente no todas las compañías actúan de esta manera, pero desde que el presidente de General Electric allá por 1981 "inventó" lo de crear valor para el accionista, hemos asistido a una generalización de estas prácticas que justifican desequilibrios de reparto de renta y riqueza,es decir, desigualdad, cada vez mayores. 
     


   
   

   




viernes, 16 de diciembre de 2016

Ideas sueltas sobre presupuesto

Hay que decir a la gente de la calle que nuestra presión fiscal es muy baja respecto a todos los países europeos más desarrollados q España.
 Eso no significa q haya que subir impuestos a rentas medias y bajas, ya q éstas soportan un esfuerzo fiscal elevado.
 Hay que moderar esfuerzo fiscal de rentas medias bajas y subir presión fiscal en rentas medias altas y altas.
 La lucha contra el fraude y la elusión fiscal constituye un aspecto vital en el tema de ingresos tributarios.
 El techo de gasto,de esta forma, será muy superior, pudiendo incluso superar el % de presión fiscal mientras el PIB crezca.
 El techo de gasto lo marca el coste de las necesidades de bienestar dignas para las rentas  medias-bajas y bajas.
 Valórese cuanto supone un gasto social q blinde el estado de bienestar y actúese en consecuencia respecto al ingreso.
 El crecimiento del PIB español de este año sólo está sirviendo para maquillar algunas variables macroeconómicas.

lunes, 11 de julio de 2016

BREVE NOTA SOBRE EL DÉFICIT PÚBLICO (II)

En el post anterior vimos cómo los déficits públicos lejos de ser un problema, contribuyen a la generación de ahorro y consecuentemente son un elemento que ayuda para activar la generación de crecimiento y empleo.
Si observamos el gráfico anterior, vemos que nuestro país convive permanentemente con déficits públicos, independientemente de vivir un período de auge económico o de crisis. Desde la crisis de 2008, se nos asusta diciéndonos que es vital reducir el déficit para no acumular una deuda que sería "insostenible", es decir, según vimos en el post anterior, nos vienen a decir, que reduzcamos el ahorro, lo que nos lleva a menos inversión, más austeridad, menos crecimiento y menos empleo.
Pero, ¿es realmente tan grave la generación de déficits públicos?.
Veamos brevemente lo que ocurre cuando un Estado recauda menos de lo que gasta:
Una de las opciones  para cubrir el supuesto déficit, sería detraer a los contribuyentes nuevos impuestos por el importe equivalente al desfase. Esto, evidentemente supondría una reducción del poder adquisitivo de estos, con  la consiguiente reducción del ahorro, el consumo etc.
¿Podríamos cubrir el déficit, por el contrario, sin detraer ahorro de la economía, sino,incrementando la inversión y el ahorro? La respuesta es un rotundo sí, y si esto es así, no estaría justificada la obsesión de los gobiernos, tanto nacionales como comunitarios, por la generación de déficits que lejos de contraer la economía, ayudan a generar crecimiento y empleo.
Cuando el estado necesita dinero adicional para cubrir un déficit, se emite deuda pública que es comprada por los ahorradores.De esta forma, el estado consigue los fondos del sector privado y los inyecta en la economía real, a través de inversiones, sueldos etc, con lo que se genera nueva capacidad de consumo y de inversión.Por su parte, los ahorradores cambian dinero liquido por ahorro (los bonos que tienen en su poder) que será recuperado al vencimiento con los correspondientes intereses, incrementando también el poder adquisitivo.
Si la economía real se beneficia y los ahorradores también, ¿quién pierde?
Absolutamente nadie.El estado puede refinanciar la deuda permanentemente, porque "no muere", y satisfacer los vencimientos comprometidos.
¿Entonces una deuda en permanente ascenso no supone ningún peligro?
Evidentemente no es recomendable dar rienda suelta a un crecimiento descontrolado de la deuda y los déficits, ya que podría, por un lado, en un caso extremo,  generar tensiones inflacionistas en la economía, y por otro, dispararse el coste de los intereses de la deuda, pero mientras haya un crecimiento adecuado de la economía, no debería ser mayor problema el coste de la deuda.
Recapitulando, podemos decir, que la herramienta de refinanciación perpétua de la deuda, más un crecimiento sostenido de la economia que genere empleo, permite ir produciendo déficits que sigan engrasando dicho crecimiento.
Nota: Este mecanismo de generación de déficits, se ha explicado en un contexto europeo donde se supone que los estados no tienen automía monetaria.
En un contexto con autonomía monetaria, dichos problemas de déficits se vuelven insignificantes dada la facultad que tienen estos paises para crear el dinero equivalente al déficit.




domingo, 10 de julio de 2016

BREVE NOTA SOBRE EL DÉFICIT PÚBLICO (I)

                    


Existe una creencia generalizada de que la economía del Sector Público o de los estados en general, funcionan como una economía doméstica o como una empresa.Estas últimas funcionan a través de la máxima de que los ingresos no pueden superar a los gastos, porque en caso contrario, tendrían que endeudarse para cubrir el déficit generado y consecuentemente, la persistencia de esta situación generará a medio o largo plazo, la quiebra de la empresa o de la economía familiar.
Esta situación que tiene mucha lógica para el ámbito privado, resulta ser una falacia para el ámbito gubernamental.
Sobre este tema, creo que se ha escrito mucho, pero me gustaría aportar unas breves ideas para difundir el conocimiento de lo que considero un error, por muy intuitiva que parezca dicha falacia.
Para exponer estas ideas, me centraré en la figura del déficit público.
Como todos sabemos, en las normas de la UE, está entre otras, la consecución del equilibrio presupuestario, si bien se permite que los Estados miembros no superen el 3% del PIB de déficit.
Se nos cuenta que las finanzas de los estados deben de ser creíbles de tal forma que la persistencia de déficits elevados hace que dichos países tengan dificultades en financiarse porque se desconfía en que puedan devolver el dinero prestado, se les exigirá un mayor tipo de interés en la deuda que emitan y por tanto, la devolución de los intereses de dicha deuda será un lastre que se retroalimenta, haciendo la situación insostenible.Por tanto, nos dicen, una deuda pública elevada de forma persistente puede llevar a un estado a la quiebra.
Esta idea que parece muy intuitiva, veremos a lo largo del post, que no se sostiene. 
Partamos de la identidad macroeconómica básica: El producto interior bruto que un país genera a lo largo de un año, lo podemos descomponer en la suma del consumo privado más la inversión, el gasto público y las exportaciones netas.
Cuando aumenta cualquiera de estos componentes, aumenta el PIB.
Otra forma de aproximarnos al PIB, que nos va a ser útil, es considerar que está formado por el consumo, más el ahorro, más los impuestos.Es decir, la producción de un país, el PIB=Consumo+Ahorro+Tributos.
Si igualamos ambas expresiones del cálculo del PIB, llegaremos de forma sencilla a la siguiente expresión: 

Déficit Público+Inversión+Saldo exterior=Ahorro

Expresión que no tiene discusión alguna ya que se obtiene operando con dos igualdades.
El interés de dicha expresión, es que podemos ver de manera nítida la siguiente idea: Cuando aumenta el DÉFICIT PÚBLICO, si por ej, la inversión y el saldo exterior, se mantienen constantes, aumentará el AHORRO.
Nadie negará, que en principio no es nada malo que aumente el ahorro de una economía y en este caso, lo hemos conseguido con déficit público. 
¿Podemos decir consecuentemente, que una economía con mucho déficit público, ahorra mucho? No necesariamente.Si por ejemplo, hablamos de una economía como la española que tiene elevados déficits públicos, pero también,saldo exterior negativo,el balance final, será un ahorro pequeño.
Contrario es el caso de la economía alemana,que intenta obtener saldos presupuestarios equilibrados y sin embargo obtiene tasas de ahorro elevadas, proporcionadas principalmente por su superávit exterior.
Cuando se dice: tenemos que ahorrar más, lo podemos hacer invirtiendo más, exportando más, pero también y esto es lo que no resulta intuitivo, con mayor déficit público.
Nótese, que el ahorro, en sí, no es ningún objetivo de política económica.El ahorro, es consecuencia de que los componentes del PIB aumenten y por tanto, aumente la producción y el empleo, que sí son objetivos de política económica.